El Águila Harpía camino a convertirse en Monumento Natural Argentino
El pasado miércoles, el proyecto de ley presentado por el diputado nacional, Diego Sartori, obtuvo medio sanción en el recinto. El ave rapaz, que ya es Monumento Natural de Misiones desde 1996 (Ley XVI-N°44), se encuentra categorizada como “Especie amenazada”. Para concientizar sobre su importancia y la de otras cuatro águilas que habitan la provincia, el IMiBio desarrolló el Proyecto "Águilas de Misiones”.
El pasado miércoles 19 de abril, la Cámara de Diputados de la Nación dio media sanción al Proyecto de Ley para declarar a la Especie Águila Harpía (Harpia harpyja), Monumento Natural de la Nación. La iniciativa, impulsada por el por el diputado nacional Diego Sartori (Frente de la Concordia Misionero) obtuvo 151 votos afirmativos, 0 negativos y 8 abstenciones.
Asimismo, trascendió que al llegar al recinto, la normativa ya contaba con un dictamen de la Comisión de Recursos Naturales donde se señalaba la importancia de proteger esta especie categorizada a nivel nacional como “amenazada” e internacionalmente como “vulnerable”.
A esta ave rapaz, que ya es Monumento Natural de Misiones desde el año 1996 (Ley XVI-N°44), se la conoce como el “águila más grande y poderosa del mundo”. En nuestro país, las águilas harpías habitan únicamente en las provincias de Misiones y Jujuy, y debido a que necesitan miles de hectáreas de selva en muy buen estado de conservación para sobrevivir y reproducirse, son un reflejo perfecto de nuestra relación con la selva y el cuidado que tenemos con ella.
Si logramos conservarlas, estaremos conservando la selva y todos los servicios ecosistémicos que nos presta, como aire puro, agua fresca y control de las temperaturas extremas, sequías o inundaciones.
En ese marco, el Instituto Misionero de Biodiversidad (IMiBio) ha lanzado el año pasado el Proyecto “Águilas de Misiones” destinado a generar información actualizada sobre la situación y distribución de ésta y otras cuatro especies de águilas que habitan en la Selva Paranaense: el Águila Crestuda Negra (𝑆𝑝𝑖𝑧𝑎𝑒𝑡𝑢𝑠 𝑡𝑦𝑟𝑎𝑛𝑛𝑢𝑠), el Águila Crestuda Real (𝑆𝑝𝑖𝑧𝑎𝑒𝑡𝑢𝑠 𝑜𝑟𝑛𝑎𝑡𝑢𝑠), el Águila Viuda (𝑆𝑝𝑖𝑧𝑎𝑒𝑡𝑢𝑠 𝑚𝑒𝑙𝑎𝑛𝑜𝑙𝑒𝑢𝑐𝑢𝑠) y el Águila Monera (𝑀𝑜𝑟𝑝ℎ𝑛𝑢𝑠 𝑔𝑢𝑖𝑎𝑛𝑒𝑛𝑠𝑖𝑠).
Asimismo, se busca identificar sus principales amenazas y concientizar a la población sobre la importancia de su preservación, ya que muchas veces son atacadas por las personas pese a ser inofensivas para el ser humano, por el solo hecho de tener un gran tamaño y un aspecto amenazante. En ese contexto, se llevan adelante campañas de difusión en los medios, así como entrega de material gráfico a vecinos de las localidades misioneras donde estas habitan.
A partir de estas campañas, también se pretende recabar información sobre posibles nidos activos de águilas en Misiones, mediante el funcionamiento de una “red de información” utilizando medios masivos y un número de WhatsApp exclusivo para tal fin.
Esta iniciativa del IMiBio, cuenta además con el apoyo de instituciones e investigadores de Guiraoga e ITAIPU, así como también de fundaciones como SPVS y The Peregrine Fund.
Depredadores topes
Las águilas que habitan en nuestra Selva Paranaense son consideradas “Depredadores Tope”, es decir, que están en el tope de la cadena alimenticia. No sólo capturan especies que se alimentan de plantas sino que también son capaces de alimentarse de otros depredadores más pequeños, por lo que tienen un gran efecto en todo el ecosistema. Entre los servicios ecosistémicos que prestan, podemos mencionar el de “remover” a animales enfermos de la selva, ya que estos son más fáciles de detectar y capturar, evitando así que las enfermedades se propaguen o incluso lleguen a afectar a poblaciones humanas. Las águilas también controlan plagas como roedores y palomas, beneficiando a los productores que ven menos afectados sus cultivos. Además se alimentan de pequeños o medianos mamíferos predadores que, si no son controlados por predadores tope, pueden llegar a números poblacionales extraordinarios, afectando negativamente a otras especies beneficiosas para el hombre como aves dispersoras de semillas, o murciélagos que controlan las poblaciones de insectos perjudiciales. Por todo esto, la presencia de grandes águilas en la selva es un indicador del estado de conservación de la misma.