Protocolo de Nagoya: Mediante primera experiencia crean cosmética con activos de la Selva Misionera

La iniciativa del laboratorio argentino Novachem en alianza con el proyecto REDD+ de la Fundación Huellas para un Futuro desde la Reserva Aponapó, ubicada en El Soberbio, se realizó bajo el Protocolo de Nagoya gracias a un convenio y la asistencia del Instituto Misionero de Biodiversidad (IMiBio). Es el primer convenio de este tipo que se hace efectivo en la provincia y el segundo en el país. 

Días atrás se lanzó al mercado mundial, Oleobiota™, un producto de cosmética natural desarrollado por el laboratorio argentino Novachem en base a ingredientes activos de la Selva Misionera. El mismo fue desarrollado por el laboratorio en alianza con el proyecto REDD+ de la Fundación Huellas para un Futuro desde la Reserva Aponapó, ubicada en El Soberbio; en el marco del Protocolo de Nagoya que garantiza en el proceso la trazabilidad de los recursos genéticos utilizados distribuyendo equitativamente los beneficios generados por su comercialización. 

“Es el primero que se instrumenta en Misiones, y el segundo en la Argentina”, explicaron con entusiasmo el equipo de mujeres que lidera el proyecto.

Este logro fue conseguido gracias al Instituto Misionero de Biodiversidad (IMiBio) que instrumentó el convenio y asistió a los integrantes del mismo sobre las implicancias de su realización. 

El producto es un activo biodegradable obtenido de ingredientes de la planta medicinal Eugenia Uniflora, conocida por “Ñangapirí” en lengua guaraní, que se obtiene del corazón de la Selva Misionera o ecorregión del Bosque Atlántico.

Novachem es una PyME argentina, con sede en Buenos Aires, que se dedica a la investigación y desarrollo de activos naturales para la industria cosmética. En el marco del lanzamiento del producto al mercado mundial, Damaris Reynoso, socia y fundadora de Novachem, junto a la gerente de Marketing y Laboratorio Carolina Erazo, la biotecnóloga María Clara Ponce; realizaron días atrás una presentación virtual de Oleobiota™  donde relataron el proceso de desarrollo y respondieron las inquietudes de los asistentes.

Según destacaron, la materia prima, la investigación, la producción basada en activos naturales que se obtienen de la biodiversidad, y sumado a la marca país que genera Novachem, propone dar valor a la flora de la Selva Misionera para el cuidado de la piel de las personas y del ambiente, y darlo a conocer desde este lugar de sostenibilidad al mundo.

Asimismo, destacaron que la campaña de promoción del producto servirá de alguna manera como “embajadora” para promocionar las bondades que se obtienen de la biodiversidad única que se resguarda aún en la provincia de Misiones, el último reducto del Bosque Atlántico en el Sur de América.

Al respecto, Damaris Reynoso, de profesión Ingeniera Química, sostuvo que con la venta de cada producto de cosmética natural también se hace educación ambiental, fomentando el consumo responsable con la práctica hacia una belleza circular.

En relación al producto, Reynoso explicó que Oleobiota es ideal para tratar y cuidar la piel grasa a combinación. “Actúa de una manera suave, inteligente y amigable con la piel y la biodiversidad del planeta. A eso le llamamos, belleza circular, promovemos tratamiento basados en cosmética natural”. 

Protocolo de Nagoya

El protocolo de Nagoya fue adoptado en 2010 en Nagoya, Japón en el marco del Convenio de Diversidad Biológica;  y la Argentina adhirió al mismo a partir del año 2017. 

 Al respecto, la biotecnóloga María Clara Ponce precisó que se trata del primer proyecto en la provincia en el marco del Protocolo de Nagoya: «Era un gran desafío, involucra a muchas personas, organismos, instituciones, procedimientos. Logramos desarrollar un producto de cosmética natural para fomentar la belleza circular con un convenio público-privado con el IMiBio, en alianza con la Fundación que también lleva adelante el proceso de un Proyecto REDD+ en El Soberbio. Todo esto reúne a una multiplicidad de actores locales, provinciales, nacionales e internacionales para generar un impacto real de desarrollo socio-territorial y de sustentabilidad ambiental en Misiones, con un único objetivo: garantizar la conservación de la selva misionera y el desarrollo humano sostenible”, expresó.

En 2019 el equipo de Novachem estableció los primeros contactos con Carlos Persini, Patricio Persini y Verónica Carbone, de la Fundación Huellas Para un Futuro.

 “Por medio del Protocolo de Nagoya se garantiza en el proceso la trazabilidad de los recursos genéticos utilizados distribuyendo equitativamente los beneficios generados por su comercialización”, remarcó Carlos Persini.

Por su parte, la ingeniera forestal y consultora Verónica Carbone, referente en el país en Proyectos REDD+, valoró el trabajo del IMiBio en la implementación del convenio bajo el mentado protocolo. “Este proyecto puede ser ejemplo de diseños de estrategias transversales en beneficio de comunidades vulnerables, en el marco del Protocolo de Nagoya (CDB), un instrumento internacional para la conservación de la diversidad biológica que ha sido ratificado por 196 países” 

 En 2020 formalizaron con la ONG el acuerdo de convenio de donación y colaboración con la meta de aportar en ganar entre ambas partes por igual.  “Tiempo después avanzamos en investigar las plantas y sus ingredientes activos, y ante la información recolectada nos decidimos por Eugenia Uniflora, conocida por Ñangapirí en lengua guaraní”, agregó.

 La Argentina recién adhirió al protocolo internacional en 2017. Por lo tanto, todo el proceso era muy nuevo o se encuentra en etapa de ajustes sobre el aprendizaje y la experiencia en territorio. “Novachem es la segunda empresa en la Argentina que tiene un convenio en marcha un proyecto bajo este protocolo. En Misiones no había experiencia previa, y fue por ello que nos contactamos con el IMiBio (Instituto Misionero de Biodiversidad). Desde entonces nos acompañaron para poder superar todos los requerimientos respecto a los recursos genético, los formularios, permisos, a entender el protocolo. EN lo profesional fue un crecimiento conjunto entre todos los actores, del ámbito privado, ONG, la provincia, donde cada instancia superada era un festejo de todo el equipo”, recordó la investigadora.

 Ante la experiencia adquirida y los resultados logrados, se consideran un muy buen ejemplo a seguir. «Todos los que somos parte hemos estado aprendiendo a nivel local y nacional – incluso a nivel mundial aún se está ajustando los procedimientos-, podemos dar testimonio que se puede, que tiene sus dificultades pero todo se resuelve, llevamos años trabajando en esto y hemos logrado los objetivos. Sin dudas es un gran desafío, pero se puede”, fue el mensaje de la profesional.

 En cuanto a los beneficios monetarios, aclaró que en el convenio acordado “no hay beneficios monetarios directos con las comunidades, nuestro acuerdo es en transferencia de conocimiento y capacitaciones, a través del IMiBio y la ONG. Este año, se hacen capacitaciones de la mano de Huella para un Futuro destinada al personal de investigación, comunidades y pueblos indígenas sobre el manejo sustentable de esta especie. Se comparte todo el conocimiento logrado”, dijo Carolina.

 “Nuestra relación es a través del Instituto Misionero de Biodiversidad y la Fundación, no es directa con la comunidad. Desde el aspecto monetario hay un porcentaje de las ganancias que se generan, y cumpliendo con el principio de distribución justa y equitativa, estos fondos irán al IMiBio que es el organismo de gobernanza provincial que se encargará de destinar a la comunidad los correspondientes beneficios», concluyó.

 Fuente: ArgentinaForestal.com