El avistamiento, que incluyó la filmación de este video, se produjo en una reserva natural privada, ubicada en la localidad de Comandante Andresito.  Según relató Moya, durante un paseo pudo divisar al águila posada sobre un árbol de Guatambú (Balfourodendron riedelianum), mientras ésta acechaba a un grupo de monos de la especie Caí (Sapajus Nigritus). 

“Debe tener entre un año o año y medio, y está aprendiendo a cazar. Para que un individuo de esta especie llegue a la edad de un juvenil se deben dar varias cuestiones muy complejas. En principio tener una gran extensión natural con grandes árboles donde anidar. Además, el primer tiempo el águila hembra permanece en el nido junto al pichón y sólo el macho sale a buscar alimento para los tres. Si el macho es cazado y no regresa, la hembra y el pichón no sobreviven. Es un proceso muy largo de casi dos años para que un juvenil abandone el nido”, precisó Moya. 

Una de las principales razones por las que esta especie se encuentra casi amenazada en toda Latinoamérica es la pérdida de ambiente natural, ya que al igual que el Águila Harpía, ambas aves necesitan de grandes extensiones de selva bien conservadas y árboles de gran porte para poder anidar y cazar. 

Al respecto, Rodrigo Fariña, Coordinador de Especies Programa Nea- Bosque Atlántico y Gran Chaco, de Aves Argentinas, precisó que a nivel nacional el Águila Crestuda Real está considerada “en peligro” según la última categorización que es del 2015, mientras que a nivel global se encuentra “casi amenazada”. 

En este caso, el hallazgo en la Reserva Natural confirma no sólo la presencia de la especie, sino también la importancia de contar con áreas protegidas de índole pública y privada, para garantizar la preservación de la biodiversidad.  

Imágenes audiovisuales gentileza de Sergio Moya